jueves, 2 de abril de 2015

La noche de Jezabel

El cuento arranca narrando la jornada cualquiera de un médico de pueblo, llamado Arganza, que ha finalizado recientemente sus estudios pero al que le suceden cosas rarísimas. Un día una civil llama a la puerta diciendo que está muerto. Rápidamente bajan a la plaza y constatan la defunción a causa de un suicidio. Se despistan un instante, cuando de golpe, el cadáver ya no están ahí y solo se ven huellas de sangre a partir de las cuales averiguan donde se halla. Lo encuentran en la puerta de la casa de los alcaldes, donde lo visten y le echan perfume en su indumentaria. A causa del extraño acontecimiento, el médico hace más pruebas para constatar la muerte. Por la tarde, deciden quedar en la casa del protagonista: el médico, Jezabel (una compañera suya de colegio inseparable), Mortimer ( un joven inglés que suele frecuentar la playa al que Arganza se ha tomado la licencia de invitar) y Laura, una chica que según el protagonista es la prima de Jezabel. Fuera de la casa, cae una intensa tempestad mientras dentro de la casa ocurren hechos incomprensibles: el horno no calienta, el teléfono no funciona todo esto al mismo tiempo que Mortimer relata algún suceso paranormal. La protagonista, se sorprende porque pese a ser la anfitriona queda al margen de la conversación entre Jezabel y el médico, quien tienen cierta afinidad. Tras un largo monólogo de Mortimer, éste concluye que la casa los está rechazando. Simultáneamente, las risas de Laura son continuas. Finalizada ya la fiesta, Laura se despide y Jezabel pregunta a la narradora se hace tiempo que conoce a Laura. La perplejidad de ésta es máxima y responde que como la iba a conocer si era su prima( la de Jezabel) a lo que ésta última replica que es falso, que su prima permanecía en su casa. Todos juntos, se ponen a buscar a Laura por la casa, cuando Mortimer señala el suelo, donde ven un papel encima de una baldosa que reza: ‘’Gracias por una magnífica noche. Nunca la olvidaré’’. Una racha de viento azota el porche hasta el punto que solo queda la palabra Nunca. Por esto, los presentes quedan muertos de miedo. Posteriormente, se recomponen y tratan de hacer una vida normal como si no hubiese ocurrido nada. El protagonista vuelve a regresa a Barcelona y un día encuentra por la playa a Mortimer y en el supermercado a una apática Jezabel. Finalmente, el protagonista trata de convencerse de que todos esos acontecimientos no habían pasado jamás: nunca fue la fiesta, nunca recibió invitados, nunca hubo una tormenta y nunca había visto desaparecer la palabra nunca.

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